lunes, 6 de abril de 2009

"Mis amigos me dicen Drácula"

Marcelino Coveñas Silva ha hecho un “negocio” con el aspecto más macabro de nuestra existencia: la muerte. Desde hace 33 años se dedica a la confección de ataúdes en su propio taller ubicado en la calle Libertad y Junín en el distrito de Castilla.
Su historia – irónicamente – se remonta a la muerte de su padre, un agricultor del Bajo Piura que falleció en un accidente. Fue su madre la que se hizo amiga y comadre del dueño de la funeraria donde compraron el ataúd con el que sepultaron a su padre.
Aprovechando aquella amistad, ella le pidió que le de trabajo a sus hijos. Entonces, Marcelino dejó la agricultura y se dedicó a la carpintería, pero no precisamente a hacer puertas, ventanas o muebles. Nuestro personaje escogió un oficio que da miedo.

¿Por qué en vez de hacer puertas, muebles o ventanas, se decidió a confeccionar ataúdes?
También lo hago, pero como veo que este trabajo es más rentable, me he dedicado a hacer ataúdes.

¿Hace cuánto se dedica este ‘macabro’ negocio?
Cuando era niño trabajaba en agricultura. Sembraba arroz, algodón hasta cuando mi papá murió en un accidente. Mi mamá quedó viuda y entonces, un día fue a hablar con el señor de la funeraria que le vendió el cajón para mi papá y con mi hermano mayor quedamos trabajando ahí, en carpintería. Se le ocurrió esa idea a mi vieja.

Su mamá le hizo el contacto entonces
Es que habíamos quedado 11 hermanos (huérfanos), la última bebé quedó de 15 días de nacida y el señor de la funeraria quiso ser el padrino. En ese “enlace”, a mi vieja se le ocurrió la idea de que nosotros vayamos a trabajar en la funeraria. Sino ahorita yo hubiese sido agricultor.

Ahora tiene su propio taller
Al principio empecé a trabajar con otra funeraria, me dieron la mano, pero ahora que me he decidido a vender directamente al público. (…) Para hacer un cajón hay que dejar secar la madera, porque no se puede armar un cajón así nomás con cualquier madera.

Mucha gente (como yo) tuviera miedo vivir en su casa, con tantos ataúdes que hay
El que menos me dice que tiene miedo. Mis amigos me dicen que parezco drácula (risas). Pero esa es mi chamba, me dicen si no tengo miedo a ayudar a acomodar a los muertos. Cuando era niño me daba mucho miedo tocar un cajón, ahora es normal.

¿Actualmente a cuantas funerarias abastece?
Ahora abastezco a 4 funerarias. Ya muchos me conocen, me recomiendan. La gente ve y me dice “maestro, usted atiende servicios al público” y ya tengo bastantes servicios brindados.

¿En algún momento le han pedido algún cajón con medidas?
Si, hay algunos gordos que mueren y no caben y hay que hacerles un cajón especial (risas). O cuando están graves y ya saben que van a morir vienen a buscar un cajón y dicen “maestro vaya preparándome un cajón a la medida”. Yo voy a medir a los muertos.

Antes embalsamaba muertos también…
Antes si, los embalsamaba pero ahora sólo me dedico sólo a hacer cajones. Ahora hay gente especializada que se encarga a hacer ese trabajo.

¿Para UD. la muerte es rentable?
(Risas) Depende. Así es el trabajo de uno (…) Semanal me voto 12, 13 cajones, me hacen pedidos para la sierra. Para Santo Domingo, para La Matanza, Los Ranchos, vienen y me llevan. Algunas veces viajo llevándolos y otras veces los envío.

Usted no sólo hace cajones. También brinda el servicio directo con el cliente. Cuánto cobra por un servicio.
Hay gente que recurre directo al taller que a la funeraria, porque es más barato. Por ejemplo con servicio de carroza, con caja, capilla, el más barato: 450 soles con facilidades de pago. Y el más caro puede salir a 1 mil 200 soles, con los mejores servicios de caja, capilla y carroza.

MODELOS MACABROS
Hay tipos de cajones y hasta modelos.

Hay cajones de cedro que muchas veces lo pide gente que quiere un buen servicio. Por ejemplo este cajón (Marcelino señala uno de los que están en su taller) se llama ‘Lincoln’ redondo, con vidrio entero. Hay también marcas económicas.

Al mes… cuántos cajones hace
Por ejemplo este mes que ha pasado he tenido 8 servicios para el Bajo Piura. Pero hay meses que no hay nada… no hay muertos (risas) Por eso no uno tiene que guardar pan para mayo. Entonces me dedico a hacer otros trabajos. Algún mueblecito o puertas o ventanas me caen….

Están bien acolchonados

Yo le enseñé a hacer eso a mi esposa. Ahora ella se dedica a hacer ese trabajo. Nosotros tenemos 8 años de casados y ahora le gusta hacer ese trabajo.

¿Y ya hizo su propio cajón?
(Risas)… no, todavía.

MODELOS DE ATAÚDES
· Trébol
· Redondo Lincoln
· Sarcófago
· Marqués
· Príncipe
· Americano Natural
· Imperial

LA FICHA
NOMBRE: Marcelino Coveñas Silva
EDAD: 45 años
ESTADO CIVIL: Casado
HIJOS: 2 (“uno de 7 y uno de 4 años. El menor se mete a jugar a los ataúdes”)
PROCEDENCIA: Dos Altos La Unión.
TALLER: FUNERALES COBEÑAS.
DIRECCIÓN: Esq. Libertad y Junín 342 – Castilla

2 comentarios:

  1. Me parece chevere el blog... en Piura hay hartas historias así de interesantes. Bien por ti

    ResponderEliminar